In the Ampleness.

Nighttime has always been fascinating to me. During these hours of darkness, in absolute blackness, human beings unfold their imagination, dreaming and having longings that many times will fade away with the dawn, the night is always the sky and the ceiling of dreamy thoughts. Likely, this cannot be appreciated in a big city, but we can appreciate it in a small village, where the only sound that reaches our ears is the howling of a wolf and the mooning of kine far away, in the “sierra”. The singing of the cello attempts to express this existential solitude, in order not to feel suffocation before the formidable immensity and mystery that “She, the Fathomless Night” enclothes in her endless bosom. The key of C minor has always had a dark color attached to it, this darkness of the night that visits us, after the day is done; so the piece starts in this key, slow, hectic, and intense to the point of paroxysm 

Georgina Sánchez Torres

En la Holgura.

La Noche siempre me ha resultado fascinante. Durante esas horas de oscuridad, en la más pura negritud, el ser humano despliega su imaginación, soñando y anhelando deseos, que muchas veces se esfuman cuando despierta el día, siempre con la Noche como cielo, y como techo de los más oníricos pensamientos. Es probable que en la gran ciudad no se aprecie, pero en un pueblo casi vacío, donde lo más que el oído puede apreciar es el aullido de algún lobo o el mugir de alguna res allá a lo lejos, en la sierra, el canto de un violonchelo intenta expresar toda esa soledad existencial, para no sentirse ahogado ante la imponente inmensidad y misterio que "Ella, La Abstrusa", arropa en su seno infinito. El tono de do menor siempre lo he visto de color negro, ese negro de la Noche, que nos visita después de cada Día; por eso la pieza comienza en esa tonalidad, lenta, exaltada, e intensa hasta el paroxismo.